jueves, 19 de noviembre de 2009

Rishikesh-Kesar Devi

Subir un puerto de montaña concentrado.
Al llegar arriba respirar profundamente, quitarse el casco, poner el cambio en punto muerto, desconectar el motor, dejar la mente en blanco.

Dejarse caer por la pequeña lengua de asfalto, tomar cada curva sin tener que pensar en nada, ver los árboles vede plateado, las pequeñas casas azules.
Ver los rayos de sol que se filtran sin pensar en nada, solo sintiendo.
De repente la montaña nevada.

Enorme, ocupando todo el horizonte, segir cayendo por la pendiente sin pensar.

Al final, lo sagrado, el Ganges, como un premio. Parar durante un gran rato y dar las gracias.

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